GÉNERO: OTROS
Género como definición, como etiqueta, que poco a poco esta dejando de oscilar entre sólo dos posiciones para tener más acepciones. Aunque en este caso lo correcto sería hablar de transgénero, más allá del género.
El logro de derechos civiles para la comunidad homosexual a través del matrimonio ha supuesto la aceptación de este colectivo, entre otros motivos, por gran parte de la población de diferentes países donde este paso legal es posible. Poco a poco la realidad transgénero también se está haciendo visible. No sólo porque cada vez más personas están familiarizadas con las identidades trans sino porque tanto publicidad como medios, que tienen una tradición y que hasta hace poco se movían sólo entre lo masculino y lo femenino, cada vez hacen más caso a otras maneras de entender este concepto.
Los nuevos feminismos, el activismo LGTB, las redes sociales y cada vez más gente que abiertamente decide no definirse, están forzando a que agencias de publicidad, medios e instituciones den acogida a lo transgénero. Sin ir más lejos vemos como Laverne Cox, actriz transgénero, recibe un Emmy por su interpretación en “Orange is the new Black”. Campañas de publicidad que se hacen eco de modelos trans como Andrea Pejic en Vogue o Lea T para Givenchy.
Empresas que quieren verse modernizadas apuestan por nuevos modos de entender el género. E incluso en la moda cada vez se ve reflejado más el concepto transgénero, con diseñadores que apuestan por moda unisex, por modelos trans o andróginos. Un ejemplo es Rad Hourani que crea su línea unisex, Maria Glück que implementa la falda en una línea masculina, Raf Simons y Prada que como leía en un articulo reciente usaban modelos masculinos o femeninos para su desfile de ropa masculina en la Paris Fashion Week de este año o Gucci el año pasado en Milán. Así mismo, Saint Laurent bajo el director creativo Heidi Slimane creaba una línea masculina tanto para hombres como para mujeres. O también podemos encontrarnos a J. W. Anderson con diseños que intentan escapar de los estereotipos del macho alfa y la mujer florero, porque cada vez menos porcentaje de la población se siente identificada con estos roles. Por ello, poco a poco, en el arte, el porno, la moda, la publicidad, que son meros reflejos de nuestra sociedad, la dualidad entre lo masculino y lo femenino encuentra más surcos.
Otro ejemplo de ello sería Baja East que ya en su web menciona que ha creado una línea de ropa ambisexual. O cadenas de tiendas de moda como Selfridges que crean espacios que llama género neutro o crea colecciones unisex de ropa. Las tiendas Barneys contrataron en el 2014 al fotógrafo Bruce Weber para realizar una campaña con 17 modelos transgénero con amplios artículos sobre sus vidas en incluso filmaciones de cortometrajes.
Como hablábamos al principio del matrimonio homosexual y su cada vez mayor aceptación, éste no hubiera sido posible sin un apoyo por parte de las instituciones y legislaciones que contribuye a quitar el estandarte de raro o fuera de lo común. Con el transgénero todavía queda un largo recorrido en este sentido, pero podemos ver algún ejemplo a seguir en determinados países como por ejemplo en Argentina, donde los adultos pueden cambiar su género, nombre e imagen en documentos oficiales sin haberse sometido a cirugía o tener un diagnóstico psiquiátrico. En Australia y Nueva Zelanda se puede escoger entre mujer, hombre o indeterminado en el pasaporte oficial y en la India, Pakistan, Nepal y Bangladesh reconocen un tercer género para la gente que no quiere concebirse en esa dualidad de hombre-mujer de la que hablábamos.
En educación el tema está complicado pero también vemos como en países como Suecia la formación para liberar de los estereotipos de género tiene un gran peso dentro de su materia curricular, incluso evitando el uso de él o ella, de niño o niña para usar pronombres neutros o llamando al alumnado “friends”. En otros países como algunas partes de Reino Unido se introducen baños unisex para evitar la transfobia.
Para qué definirse como hombre o mujer cuando hay mucha gente que no encaja en esta definición. Y no me refiero sólo a gente trans, sino a gente que no quiere o no se sienten cómodos con lo masculino o lo femenino únicamente. Parece que en este mundo si no tienes una etiqueta o una definición la sociedad no puede entenderte y por ello a veces nos sentimos obligados a encasillarnos. Aunque cada vez vemos en más encuestas, en más perfiles, que nos tocan rellenar como se van añadiendo campos, encontrando en género la opción “otro” muchas más veces. Un dato curioso que muestra esto es Facebook en Argentina, que deja elegir entre 54 opciones de género. Gracias a internet, la apertura y difusión que las redes sociales, la gente que en un principio se sentía outsider, fuera de la línea o que no encajaban, poco a poco encuentran más referentes que les ayudan a comprender que no están solos, gente que cada vez pierde más el miedo a ser juzgado.
Por último puntualizar que toda la cultura queer ha hecho un gran avance ayudando a la popularización de un activismo que lucha en contra de la existencia de un binomio en el género, y es que el transfeminismo, los nuevos feminismos y la cultura queer no sólo se preocupan ya por temas de mujer y de igualdad entre géneros, sino que promueven la visibilización de cualquiera de las múltiples opciones que existen y hasta ahora no tenían cabida. Y nada mejor para ejemplificar esto que el primer párrafo que nos encontramos en la Wikipedia sobre la teoría Queer y que puede servirnos de conclusión: “La teoría queer es un conjunto de ideas sobre el género y la sexualidad de las personas, que afirma que los géneros, las identidades sexuales y las orientaciones sexuales de las personas, son el resultado de una construcción social y que, por lo tanto, no están esencialmente o biológicamente inscritos en la naturaleza humana, sino que se trata de formas socialmente variables.”
Imagen de portada: Fotografía de la serie “Hermanos, hermanas, hijos e hijas”, Bruce Weber
Publicado por Alixe Lobato [Artista visual y activista ]









