HORA DE AVENTURAS | Declaración de principios
No entres al marco; ¡rómpelo!
Aumentemos los índices de fe, apuntemos más alto… ¡aspiremos a romper el código!. Podemos optar por quedarnos en el marco de la viñeta, llorando porque no nos quieren, o podemos hacer que el mercado reviente. En los tiempos de la línea blanda, de las imágenes que abrazan, de las superheroínas de diseño con botas de marca… ¿hay espacio (y tiempo) para la verdadera subversión?
Entiendan mi hastío ante la queja constante, ante la inflación de la etiqueta, ante la invitación a la censura. Cuando hablo de romper el marco, me refiero a desmontar el sistema; sin excusas, sin rodeos. Harta de selfies, de posados, de señuelos. Les estoy hablando de atravesar el espejo. Les estoy hablando de sentirlo, de quererlo. De arriesgarse a ser la Reina Blanca, Batwoman o la Viuda Negra. Abrazar toda esa oscuridad, celebrarla, transmutarse en la jodida villana del cuento, para deshacerlo desde dentro.
Señoras, no lloren, no pataleen… ¡hackeen!
Glory ha tenido dos encarnaciones en la ficción. Imaginada por Rob Liefeld en los noventa, Joe Keatinge y Ross Campbell la han transmutado, ya en este siglo, en un perfecto ejemplo de lo que entendemos en esta casa por “romper los códigos de la representación”. Más sobre Glory, en Cuadernos de Cómic nº2.
Imágenes: Cubiertas del comic GLORY, dibujadas por Mike Deodato y Rob Liefeld (años noventa) y Sophie Campbell.
Publicado por Elisa McCausland [Periodista e investigadora en cultura popular, comic, y gobernadora de @reinohueco]