Do you DARE to be (MISS) BEIGE? | Anarquista y punk en los tiempos que corren

MISS BEIGE_UN HURRA POR MR COELHO

 

Podría ser un personaje clave en una película de Almodóvar o, si me apuran, en una de Tati -por lo de su muda presencia y su particular atavío-. Podría, incluso, llegar a convertirse en un personaje de cómic, por su cara de palo, su pelo graso y su vocación atemporal -no tiene una edad determinada, no pertenece a una época en particular, ni un lugar de nacimiento concreto-. Utiliza, además, unos guantes color beige, unas gafas vintage, un bolso de otros tiempos al que lleva incorporado y bien visible un amenazante martillo; pero también pipas, cuya sonoridad y cáscaras le sirven de arma disuasoria para alejar a los graciosillos -“Una cosa es que no hable, pero sorda no soy”, afirma rotunda durante la entrevista-.

Miss Beige (Ana Esmith, 1976) es el antiselfie que desafía y plantea cuestiones de género, que pone en tela de jucio la estética normativa y evidencia las exigencias de la sociedad con la mujer. No encontrarás belleza en ella, o sí, esa que no se ajusta a los cánones y patrones establecidos por la publicidad y el patriarcado. En sus trabajos performátivos -más conocidos en España que sus personajes escénicos- distorsiona la realidad, la retuerce para hacernos reflexionar sobre nuestras costumbres e incoherencias, pero también sobre asuntos políticos, sociales o culturales. 

Lleva con nosotros desde 2016, y lo que le queda. Tiene mucho que decir (pese a no decir ni mu), mucho con lo que confrontarnos y desestabilizar nuestros cimientos. Vídeos como “corridas sin toros”, donde se ve a Miss Beige corriendo en la plaza a la velocidad de la luz; “Operación salida”, con Miss Beige dejándose transportar literalmente por la barandilla de las escaleras eléctricas del metro; “Vamox”, con su característico martillo dándole al logo de Ciudadanos y el “izquierda, izquierda, derecha, derecha, delante, detrás, un, dos, tres…” de La Yenka sonando al unísono; son algunos ejemplos de sus trabajos, un poco punks (por su caracter de protesta no convencional) y un tanto anárquicos (por la ausencia de poder y el caos que ello genera entre los que tienen la suerte de coincidir con ella), pero sobre todo paradigma del pensamiento crítico más icónico bajo el certero auspicio de los nuevos medios. 

Resumiendo, te recomendamos inopinadamente que sigas a Miss Beige en sus redes sociales para disfrutar, para reírte (su sentido del humor no tiene parangón), para cuestionarte a ti mismo y reflexionar sobre tus creencias. Muy terapeútico todo. Muy sanador. 

La entrevistamos para Inquire Magazine. ¡Cómo no hacerlo!

 

¿De dónde sale Miss Beige? 

Miss Beige nace del puro juego. Igual que otras personas se van a jugar al pádel o al gimnasio, yo hago estas cosas. De todos modos, Miss Beige no surge de algo que yo fuera buscando: me encontré el vestido un domingo cualquiera en el Rastro y me dio pena verlo ahí, abandonado, entre un montón de ropa, ¡y por solo un euro! Así que pensé, “lo voy a rescatar”. Era tan simple y soso que decidí ponerme un reto: jugar con él, respetar lo que era, potenciar su neutralidad; mi intención era darle vida a algo que parecía que estaba muerto. Se podría haber quedado en agua de borrajas, pero…

 

¿Dónde la hemos visto antes? ¿Dónde la veremos?

El proyecto performático ha sido presentado en ferias de arte como JustMAD e Hybrid en Madrid, Marte en Castellón, Chrom-Art en Londres y ARTJAEN. He participado en los festivales Desvelarte en Santander, La Noche Blanca de Oviedo, TAC de Valladolid, SURGE en Madrid, «Acción por m2» en La Juan Gallery, en las IV Jornadas de plástica teatral del CDN, en el Teatro Valle-Inclán de Madrid, LA ENCARTADA, un encuentro de moda, arte y performance en Bilbao, y el próximo 16 de noviembre en el festival de cine RIZOMA en Matadero Madrid.
Por otro lado, el trabajo fotográfico cuenta con una exposición monográfica, «Miss Beige a la vista», en la galería Iskoo de Galicia, y una grupal en el II Gabinete de Resistencia, celebrado recientemente en Madrid.
Los proyectos que destacaría son mis instalaciones performáticas. Diferentes espacios solicitaron una nueva formulación del proyecto para que pudiese ser adaptado al espacio y de ahí resaltaría «La Miss Beige de Michelangelo», en 7Rooms, comisariada por la Juan Gallery (2017); «Maison Beige, la familia crece», en La Juan Gallery (2018); «En la cama con Miss Beige», para la feria Hybrid de 2018; y «Se Nota, Se Siente, el Beige Es Incluyente», para JustMad, SURGE en este 2019 y La Noche Blanca de Oviedo que, en la próxima edición, trataremos de teñirla de beige.

 

¿Qué opinan tus más allegados de este maravilloso personaje? 

Mi familia ya lo tiene asumido a día de hoy, pero es verdad que los padres siempre temen que te vayas a morir de hambre con este tipo de profesiones, así que me mi madre me decía constantemente que estudiara una carrera y que luego hiciera lo que quisiera. Estudié periodismo, no por el consejo de mi madre, sino porque en aquel entonces el arte dramático no estaba considerado como una carrera y pensé que, entre todas las carreras posibles, en esa podría aprender un poco de todo (economía, literatura, geografía, historia…). Mientras estudiaba, seguía haciendo teatro, mis grupos y mis historias. Cuando decidí irme a Londres a estudiar a mi madre no le hizo mucha gracia, porque no me iba a ver. Si llega a saber entonces que me iba a quedar 15 años, menos todavía. Cuando creo Miss Beige y se lo enseño a mi madre, su primera reacción fue: “hija, te podrías haber sacado mejor partido”. Y yo le dije “gracias, mamá, pero no era ese el caso”. Ella no entendía que me viniera a menos, en lugar de venirme a más con esta caracterización, pero luego me vio en una performance en vivo, percibió el respeto que me tenía todo el mundo, cambió el chip y me dijo: “eres muy valiente”. Viniendo mi madre, que es soriana y no te regala la oreja gratuitamente, significó mucho. Ahora es mi mejor fan, y participa en mis performances. De hecho, el martillo que llevo en el bolso es suyo. Cuando me mudé a Madrid, me lo dejó para que lo tuviera en casa, por si acaso…

 

MISS BEIGE_BRACE BRACE

“Brace brace” de Miss Beige.

 

Miss Beige es todo imagen, no emite palabra alguna… ¿Por qué?

Creo que abusamos de la palabra. A veces no hay cosa mejor que estar mudo. Y eso que yo hablo un montón en mi vida normal. Si mi silencio hace reflexionar, me doy por contenta. De hecho, creo que la imagen de Miss Beige es tan potente que cualquier cosa que diga se quedaría de lado. No veo que Miss Beige pueda hablar. Y eso es algo que me cuesta hacer, porque quieres comentar, quieres responder…

 

¿De qué hablan las fotos que publicas en tus redes sociales?

Mis fotos hablan de cosas que no me gustan, cosas que me gustan o cosas que me provocan algo. Es muy raro que cuelgue una foto per se. Tengo fotos muy bonitas, pero no las publico, no me interesa esa belleza si no hay una narrativa detrás, yo soy actriz, cuento cosas, en las fotos tiene que pasar algo.

 

¿Qué ha supuesto la proyección mediática en este sentido? 

La proyección es maravillosa y las redes sociales son increíbles, pues te descubren a gente, y han hecho que fuera invitada a cosas que ni sabía que existían. Las redes sociales sirven como un espejo, como una forma de que la gente te pueda encontrar más fácilmente, así que benditas sean.

 

¿Por qué entonces Miss Beige sale a la calle?

Las redes sociales están invadidas de la vida privada… Como a mí eso me parece muy aburrido, si lo quiero cambiar empiezo por mí. Publico lo que me voy encontrando en las calles (no hay nada preparado en ello). Yo solo pongo el punto de mira en lo que me voy encontrando, y que cualquiera que saliera se encontraría. Lo que pasa es que la gente ha perdido la capacidad de ver.  Lo más interesante ha pasado y pasará en las calles. No podemos olvidarlo. Y es que la realidad supera la ficción: a veces, salgo a la calle a ver qué encuentro, y no doy fe.

 

MISS BEIGE_LAS CHICAS SON GUERRERAS

“La chicas son guerreras” de Miss Beige.

 

¿Cómo se imbrica el feminismo en todo lo que haces?

Como Miss beige, me visto así precisamente para reivindicar mi feminidad. Es decir, en vez de resaltar mis atributos, los llevo al limite… Uno de mis lemas es “abajo el género, arriba el beige”. Hay muchos géneros, no solo dos. Molaría que diese igual, que el género no fuera algo excluyente. Si hubiera algo en lo que poner mi grano de arena sería en este tema.

Como feministas estamos en contra del patriarcado, pero no en contra del hombre, solo de aquel que considera que la mujer es inferior. El feminismo puede luchar de muchas formas, no tiene que ser tan restrictivo ni ponerse tantos corsés. Lo que más miedo me da es el feminismo radical, que solo asume una forma de luchar. Eso solo nos acorta el vuelo. Miss Beige es la superheroina de la normalidad, yo no quiero ser una súpermujer, esa es otra forma de desviar el patriarcado. A mí me han invitado a programas de televisión que he rechazado porque era algo así como las guapas vs las feas. No, el mundo no se divide en guapos y feos. Yo no me pongo de Miss Beige para ser fea, si esa es la lectura, thank you very much. Pero yo no juego a eso.

 

¿Lo que haces con Miss Beige es una crítica a la belleza normativa? ¿Tiene que ver con hacer del feísmo algo a reivindicar?

Yo no lo considero feísmo, veo belleza en ella. De hecho, a mí la gente normal me maravilla, son héroes anónimos que se levantan todos los días para ir a trabajar. Renegamos de la normalidad, pero no por ser normal uno es aburrido. A veces, la gente te cuenta unas vidas impresionantes. La película de “Balas sobre Broadway” de Woody Allen es un buen ejemplo de ello (el matón acaba dirigiendo y escribiendo el show). Además, respecto a las exigencias físicas con la mujer, me parece bien dar alternativas.

 

Miss Beige se ha convertido ya en todo un icono, pero lo que pocos saben es que has creado otros personajes… 

Sí, todo surgió en Londres, durante las noches de cabaret. Creé una azafata que se autoinmolaba en un avión porque estaba harta de ser explotada, llevaba explosivos, creé mis propias aerolíneas… Los ingleses me dijeron: “esto en América nunca lo vas a poder hacer”. Pero en España tampoco lo he hecho nunca. También tengo otro personaje que es una mezcla entre Carmen Miranda y Josephine Baker, que rompe todo el sex appeal al llevar 3 kgs de plátanos alrededor de la cintura y en el pecho huevos musicales. Y tengo a la doctora que ha creado el “club de los escupidos por Cupido”, el club donde vas cuando te deja tu pareja y tus amigos ya están hartos de escuchar la misma historia. Una de las sesiones era “To find the good in the goodbye”.

 

“Nunca digas de este agua no beberé” de Miss Beige.

 

¿Cuál ha sido tu formación hasta llegar a Miss Beige? 

Yo estudié periodismo en la complutense, aunque el último año casi no fui a clase, porque estaba estudiando arte dramático en la escuela del Método de William Layton y no se podía faltar a ninguna sesión. Al final, tras un año, la abandoné para irme a la escuela de Philippe Gaulier (en aquel entonces estaba en Londres, ahora en París), donde estuve dos años estudiando interpretación. Y tenía más sentido, porque respondía más a mis necesidades.

Con 22 años llegas a una ciudad como Londres, estudias allí, trabajas y te conviertes en un ser adulto por necesidad. Llegas con ganas de comerte el mundo, pero la escuela era dura de cojones, también Londres. Lo recuerdo con ternura, pero al mismo tiempo con dureza, y en otro idioma, que no es fácil. Ahora tengo recuerdos maravillosos. Al final estuve en Londres 15 años, lo que significaba estar en contacto con toda Europa (al menos, antes, ahora ya no sé qué va a pasar con lo del Brexit). Eso me permitió hacer cuatro giras por Europa, ir a Japón, moverme mucho por todo el mundo. He hecho mis propias producciones (comedias), que las he movido sobre todo en Londres. Siempre había utilizado el habla, el idioma, para jugar. Escribía mis propios textos, mis propias historias, y la gente se reía. LLega un momento en el que dominas el idioma lo suficiente para poder vacilar a la gente y que funcione. Pero también me dio la oportunidad de interpretar a Martirio en “La casa de Bernarda Alba” por centro Europa.

 

Ana Gallego, Ana Esmith, Miss Beige… ¿Con qué nombre nos quedamos?

Mi nombre real es Ana Gallego, pero decidí cambiarlo durante mi estancia en Londres. Como me tenían que presentar cada noche en el escenario y mi apellido no era fácilmente pronunciable, por la doble L, lo cambié; así dejaba de complicarme intentando explicar cómo pronunciarlo. Así pues, elegí el apellido más común en Inglarerrra, Smith, y le añadí la E de España para no perder mis raíces. De ahí salió Ana Esmith, cosa que a un inglés le parece hilarious y me venía muy bien, teniendo en cuenta que hago comedia, ya que con solo escuchar mi apellido empezaban a reírse… Cuando llegué a España decidí seguir manteniendo ese nombre artístico. Por otro lado, el apellido Gallego me remite a mi adolescencia, así que nunca lo utilizo, y a la gente del mundillo, a los responsables de casting, les provoca más intriga Ana Esmith que Ana Gallego, por lo que me prestan más atención.

 

¿Qué te inspira?

Me gusta que Miss Beige esté en contacto con la realidad, ahí me sale la vena periodística. La realidad me inspira al 100%, pero luego hay cosas particulares, como campañas electorales, donde me gusta meter el dedo para meter caña a todos, sean del partido que sean. Tengo grandes referentes como Esther Ferrer, Pilar Albarracín, Nuria Espert y el gran Jacques Tati, por nombrar a mis ángeles de la guarda.

 

Encuentra a Miss Beige, disfruta de ella:

Miss Beige Instagram

 

Imagen de portada: Retrato de Miss Beige “UN HURRA POR MR COELHO” por María Dain


Publicado por Inma Flor [Periodista y catalizadora de proyectos]

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