BRIGITTE HELM | El lenguaje de una mirada
Desde muy joven he sentido fascinación por las artes plásticas en movimiento como bien describía Canudo sobre el arte de crear cine. Empecé a conocer desde temprana edad películas de animación, de ciencia ficción, terror,… Mi madre tenía una amplia variedad de cintas de video beta que recorría en busca de nuevas sensaciones y siempre me fijaba en las miradas, en los ojos de los personajes, ¡cuánto poder en una mirada!.
Desde los comienzos del cine, la mujer ha ocupado y ocupa un lugar importante. En múltiples ocasiones ha sido objeto del deseo masculino, complemento de sus hazañas o con el fin de alterar su existencia, y me atrevo a decir que enmarcado en un halo de independencia. Todo esto nos muestra la evolución de su papel tanto de cara a la gran pantalla como detrás de la misma, la evolución de su protagonismo nos desvela la historia de la sociedad humana y la lucha hacia la igualdad.
El cine nos descubre un abanico de sensaciones, al mismo tiempo que el pensamiento social, las desigualdades y las carencias humanas, reflejo de la propia vida. Al igual que las artes plásticas, le brindamos el poder de escandalizar, de denunciar, de enseñar y hasta de entretener. Nos referimos a él como al séptimo arte gracias a la obra de Ricciotto Canudo, El Manifiesto de las siete artes, publicado en 1911.
Todos los meses os presentaré un artículo sobre una gran mujer del cine, a la que no debemos olvidar. Os propongo una mirada diferente hacia la mujer y su papel en este llamado séptimo arte, delante y detrás de las cámaras, aportando de mi propia ingeniería creativa mi visión sobre la misma.
Para ir abriendo boca, si os preguntará sobre la primera figura femenina importante en el cine de ciencia ficción: ¿quién se os viene a la mente?, espero que estéis conmigo al afirmar que sería María junto con su doble androide Hel en Metrópolis, encarnada por la gran Brigitte Helm.
Brigitte Eva Gisela Schittenhelm más conocida como Brigitte Helm, nació en Berlín en 1908. Participó en más de 38 películas entre 1027 y 1935, muchas de ellas perdidas o con partes suprimidas. Su doble papel como la inocente María y el de la seductora, desafiante y magnética Hel (androide) con la misma apariencia que María en la emblemática película de Fritz Lang, la convirtió en uno de los iconos más perdurables del cine alemán.
Helm tan sólo tenía 18 años cuando auspiciada por su madre se realiza unas fotografías que más tarde llegaron a manos de Thea von Harbou, autora de la novela en la que se inspiró el matrimonio para crear el guión de la que resultaría una de las grandes películas del cine expresionista alemán y de la historia del cine.
El carisma y la entrega de la joven Helm le aportaron buenas críticas que la catapultaron a la fama, sin embargo, sería una fama efímera. Metrópolis se estrenó en 1926, y la premiere alemana no solo no fue bien recibida sino que además fue censurada, y gran parte del metraje no se recuperó hasta el descubrimiento de una copia en Buenos Aires en 2008.
Helm fue encasillada posteriormente como una vampiresa sin corazón, una mujer fatal , una imagen cimentada por su aparición en Mandrágora (1928) que se repetiría en papeles posteriores.
Voy a realizar un inciso sobre lo anterior, ya que el cine tiene esa facultad de encasillar. La figura de María en Metrópolis esta marcada por la ambivalencia, por un lado, la María real sirve como una especie de vehículo de unión entre la fábrica y los trabajadores explotados del mundo subterráneo. María es una líder que cuida a los obreros y sobre todo a los niños. Sus rasgos maternales son los que determinan a este personaje. La María replican Hel, la mujer como máquina, por el contrario es un ser voluptuoso que atrae las lascivas miradas de los hombres con su danza, al tiempo que busca desestabilizar el movimiento obrero por medio de la suplantación de la María original. En ellas destacan rasgos opuestos, dándole foco a las características “negativas” de la mujer. Planteo entonces: ¿sólo es perdurable lo negativo?
María igual a Santa, Hel igual a Demonio; en definitiva es el discurso más antiguo del mundo. De hecho, con la oposición creada entre la María original y su réplica androide se está construyendo una figura femenina que sólo tiene dos modos de existir en la pantalla: sólo puede ser amorosa como María, o lasciva y destructora como la androide. Y más aún, lo que en principio parecería indicar que María llevará a los obreros a un nuevo entendimiento con el patrón, en realidad conduce a que sea el hijo de éste quien lo logre, salvando a María, donde se configura sólo como una ayudante y no como verdadera protagonista. Sin embargo, la figura de María, su dualidad, el personaje es recordado y entronado como el personaje principal de la trama.
La época del cine mudo fue muy productiva para Helm. A continuación os propongo descubrirla en Die Liebe der Jeanne Ney (El Amor de Jeanne Ney) de 1927, se la ve en el papel de una inocente niña ciega, en Alraune (Mandrágora), en L’Argent (El Dinero), de 1928, aparece como una seductora condesa, cuyos ojos, vestuario y actuación no os dejaran indiferentes.
Al llegar el cine sonoro, marco un antes y un después en su carrera. Como punto fuerte su aparición en L’Atlantide (La Atlántida), película de George W. Pabst que se puede encontrar en versión francesa, alemana e inglesa, pero siempre con Brigitte en el papel protagonista.
Se barajan varias hipótesis sobre las causas de su retiro del mundo cinematográfico en 1935, cuando la actriz solo tenía 27 años. Llegó a trabajar en el denominado Cine del Tercer Reich, pero no quiso formar parte de la manipulación vigente; otra causa que se baraja es su matrimonio con el Dr. Hugo von Kunheim de procedencia judía, lo cual seguramente implicó cierto “desafío” de la actriz hacia el nazismo vigente.
Exiliada, vivió en Suiza y en Italia, y regresó a Alemania al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Pero nunca volvió a actuar, y se negó a ser fotografiada o entrevistada. Mientras, actrices como Greta Garbo y Marlene Dietrich ascendieron y llegaron a Hollywood, se convirtieron en indiscutidas estrellas, mientras que ella permaneció alejada hasta su fallecimiento en Suiza, en 1996 a los 88 años. Aunque tuvo oportunidad de seguir su carrera hacia las altas esferas de Hollywood con el papel que le brindaron como la esposa de Frankenstein, que rechazó afirmando que no quería abandonar Alemania. Son muchas las teorías que se barajan pero ninguna hablan desde la certeza, ya que Helm construyo muchos muros que hicieron posible su exilio alejada del cine.
Un apunte a modo de curiosidad, existe una versión diferente de Metrópolis que me llamó mucho la atención conocida como Osamu Tezuka’s Metropolis (Metrópolis de Ozamu Tezuka). Es una película de anime del año 2001 basada en el manga del mismo nombre, escrito por Osamu Tezuka, publicado en 1949 de la mano del gran Katsuhiro Ōtomo conocido por su anime Akira. En esta versión le dan un sentido más humano, frágil y lleno de buenos sentimientos al androide Hel, en el anime llamada Tima. Una visión diferente que no tiene desperdicio, ya que la máquina creada por el hombre rechaza su origen y finalidad hacia la destrucción.
Helm siempre será una fuente de inspiración y una incógnita infinita, la vemos a través de papeles representando a la mujer seductora, atrevida y decidida, también como una joven pobre, humilde e inocente, quizás recordando sus raíces y su niñez. Una mujer que se aferró a la privacidad de su vida y que hizo todo lo posible para alejarse de los medios y hallarse a si misma en su propia historia.
“El Mediador entre el Cerebro y las Manos ha de ser el Corazón”, Metrópolis (1926). Fritz Lang.
Imagen de portada: My Helm, retrato de Laura (gran amiga e inspiración)
Publicado por Lola Montiel [Artista visual colaboradora de Espacio Sublima]