Anna Díaz | Visualizar el sonido
Desde hace unos cuantos noviembres, visito Barcelona en esa época del año para asistir al MIRA Festival y de la última edición, me llevé el visual set de Hamill Industries para un músico que me ha gustado siempre, Floating Points. Casi un año después, es casi un milagro en este año tan difícil, pero sacamos adelante una nueva edición del Festival she makes noise y es un honor contar con Anna Díaz, cofundadora de Hamill para llevar a cabo el taller. Hablamos de Visualizar el sonido y de la situación actual con ella.
Hola Anna, un placer charlar contigo este mes.
¡Hola Natalia! Igualmente, encantada de poder participar con vosotras y todo un lujo poder hacer cosas en estos tiempos que corren.
Vuelve el Festival she makes noise y este año hemos querido apostar por un híbrido online y presencial, dada la situación con el coronarirus y también, por qué no, para experimentar nuevos formatos. La primera actividad que se prepara siempre es el taller y este año, tenía claro el soporte digital y había que contar con una artista que se moviera tanto por estos nuevos medios e internet, como en escenarios más analógicos y artesanales, así entró Hamill Industries y tú a la programación. ¿Qué nos puedes contar sobre el taller Visualizar el sonido? ¿Con qué se encontrarán todas las personas inscritas?
El taller será un experimento super analógico: trabajaremos con agua, luz y sonido planteando un ejercicio de vibración y reflexión de luz. Se trata de un ejercicio que se basa en una pequeña instalación, que aún no hemos presentado, y al que llamamos Vibraciones aditivas. El ejercicio se basa en el trabajo de Thomas Wilfred, músico e inventor del Clavilux, un órgano musical que representa colores a través del sonido.
¡Qué interesante! Y además supone una práctica totalmente nueva para nosotras.
Además, dado que estamos en she makes noise, también hablaremos del contexto que dio lugar a este tipo de experimentos. Creemos que es importante repasar figuras femeninas clave en la experimentación sonora y visual. Nosotros somos un estudio muy autodidacta en lo práctico y también en lo pedagógico. Cada vez que descubrimos algún efecto o experimento que queremos desarrollar, intentamos aprender qué artistas han contribuido a esa materia. Para nuestra sorpresa siempre, descubrimos un montón de artistas femeninas desconocidas para el público no especializado. Por eso, hemos creído importante hacer un repaso a todas estas pioneras que han servido de inspiración.
Genial. ¡Animamos a todas a participar!
Viendo la web de Hamill Industries, vuestro currículo es abrumador, diverso y muy transversal. Habéis trabajado con festivales como Sónar o Ars Electrónica, y Centros de arte como The Barbican en Londres, marcas como Adidas, músicos como Floating Points (de quien hablaremos más adelante). ¿Cuándo y cómo se forma la plataforma y con qué premisas fundamentales contáis?
Hamill se crea hace 5 años aproximadamente de una forma muy natural. Pablo y yo somos pareja y ambos trabajábamos en el sector creativo; él más encarado a la publicidad, y yo a la cultura y eventos. De alguna forma, empezamos a dialogar y a ver qué ambos necesitábamos un contexto dónde experimentar y abrir nuestra práctica a formatos que trascendieran la pantalla. Sin pensarlo mucho, empezamos a trabajar juntos en el taller de Pablo, heredado de su antiguo estudio llamado Physalia. Fue ahí, en un contexto festivo, que conocimos a Floating Points con quién desarrollamos nuestro primer trabajo oficial como Hamill. Y ahí empezó nuestra aventura como estudio. Al final lo que ambos buscábamos era libertad creativa y, cómo bien apuntas, transversalidad a la hora de ejecutar nuestro trabajo: no sólo trabajar en un contexto digital delante de la pantalla, sino abrir esa experiencia al mundo real, a trabajar con las manos y a transmitir más allá del sentido de la vista y del formato de pantalla.
De alguna forma nuestra premisa es experimentar con las herramientas, no sólo digitales, sino también con materiales reales (espejos, planta viva, agua, sonido, madera, nuevos materiales…) para trasladar nuestro universo a una realidad tangible.
Nos gusta jugar con la transversalidad de los procesos de creación y descontextualizar las herramientas del uso específico para el que han sido creadas. Por ejemplo, nos planteamos cómo utilizar una herramienta de impresión digital para crear animaciones. O bien, cómo podemos utilizar sonido para hacer animaciones 3D. Es importante para nosotros pensar desde esa lógica de hibridación.
Pues ya que ha salido ese primer encuentro con el músico Floating Points, ¿cómo trabajáis con él para el diseño de sus sets (recuerdo que os vi en el MIRA FEST del 2019) y videoclips?
Es una colaboración muy fluida, en la que solemos tener bastante libertad. Nos entendemos muy bien creativamente y él confía en nosotros para hablar de su sonido. A veces todo empieza con una canción que ha compuesto, nos enseña y nosotros desarrollamos donde queremos ir. O a veces él nos envía una imagen y empezamos a destilar ideas desde ahí. Creo que tenemos intereses visuales y estéticos parecidos, y el hecho de pasar muchas horas juntos de gira, nos ayuda a hablar y afianzar ideas o procesos para desarrollar en el futuro. La primera colaboración, con el videoclip Silhouettes, surgió porque una amigo en común nos presentó y le pareció interesante el invento que estábamos desarrollando: animación en stop motion generada con luz. Conectamos enseguida y cuando nos presentó el tema de su primer disco, todo fluyó hacia adelante. Su música está llena de detalles, de pequeña melodías e historias que nos transportan a un montón de lugares y sensaciones. Para nosotros es importante que la técnica que desarrollemos amplifique esa experiencia musical, que vaya atada a su ritmo y a sus melodías de una manera física, y que el resultado visual ayude a amplificar y a expandir la sensación que crea en sus composiciones. Queremos que todos los sentidos vibren a la vez y por eso cada vez más intentamos amplificar la experiencia visual más allá de la pantalla.
Para nosotros es un privilegio poder trabajar con él y tener la oportunidad de navegar dentro de sus melodías. La verdad que conectamos muy bien, de alguna manera él hace música electrónica con máquinas que producen sonidos y texturas orgánicas, y esa conjunción resuena bastante en nuestra manera de trabajar también. Además, somos todos muy nerds y nos gustan mucho los cables y complicarnos la vida. :)
Este año raro, vosotros lo empezasteis además junto a Floating Points, de gira por Australia, nada menos… ¿Cómo es la experiencia conjunta de una gira internacional de estas características?
Es un tema complejo, aunque en general es una experiencia positiva. Tener la oportunidad de compartir lo que haces en distintos sitios del mundo es un privilegio absoluto, y más si se hace con buena compañía. Nos permite conocer a gente y nos abre puertas para conocer otras propuestas de otros artistas y conectar. Pero por otro lado hay momentos tensos, hay que estar constantemente al pie del cañón, montando y desmontando muchas veces a toda prisa. Además, nosotros llevamos un set up muy técnico y específico, que no es habitual ver. Eso hace que a veces sea un poco tenso montar y conectar cosas a contra reloj, para llegar a tiempo y ofrecer un buen show.
¿Cuándo volveréis a tocar en directo juntos?
No lo sabemos y creemos que aún tardaremos un tiempo. Esta nueva realidad nos ha parado absolutamente a todos. En marzo teníamos que dar el salto a Estados Unidos y seguir con el tour de Crush. Nos hacía especial ilusión porque pasábamos por Coachella, y por salas muy especiales en Nueva York y San Francisco donde el visual tomaba una dimensión muy grande. Era una gran oportunidad para demostrar que ambos habíamos crecido y presentar la propuesta, ya mucho más afianzada, a un nuevo público. Después íbamos a continuar por toda Europa con el show y una propuesta super especial para el Primavera Sound, pero todo se ha parado y no sabemos cuándo habrá una próxima vez. Hablamos mucho porque somos buenos amigos, y nos intentamos cuidar, pero también hay que ser realistas y ahora mismo, pensar en volver a ofrecer un show así, no tiene sentido. Así que mejor respirar y tomar fuerzas, porque parece que esto va para largo.
Claro que sí. Cruzamos dedos.
¿Os visionáis trabajando tan fuerte con otros artistas en un futuro? Porque según cuentas, esta colaboración es muy muy especial.
Totalmente. Es una relación muy especial, sí, pero la colaboración entre artistas es una base esencial de nuestro trabajo. Trabajar con otros artistas (realizadores, músicos, arquitectos o coreógrafos) es un impulso creativo absoluto. La gracia de nuestro trabajo es que se interrelaciona con muchas disciplinas y eso propicia encuentros y relaciones muy fuertes, que abren caminos a explorar. Todo siempre empieza con un contacto pequeño, pero si el trabajo y la relación fluye, se pueden crear relaciones creativas muy fuertes que desborden lo laboral.
En las giras hemos conocido a gente increíble con los que seguro tarde o temprano podremos colaborar. En este momento, estamos intentando abrir nuevos caminos, porque creemos que es importante sentar las bases con gente local. Las giras nos han tenido muy desconectados de nuestra ciudad, y es hora de propiciar encuentros en casa, porque necesitamos apoyarnos y tejer una red fuerte de relaciones y flujos creativos. Y más ahora que todo está en la cuerda floja.
¿Cuál es la diferencia, también si es que existe, entre colaborar con un músico o desarrollar un trabajo para una marca o firma comercial? ¿Ponéis vuestra locura tech + analógica también a disposición de estos clientes o resulta inviable contar con la misma libertad?
Es bastante distinto. Los tiempos y exigencias de un trabajo comercial a veces hacen difícil que pueda haber I+D, y nosotros para poder desarrollar algo genuino, muchas veces necesitamos ese tiempo de incubación y experimentación. En publicidad, en general, no hay tiempo para el ensayo-error porque hay muchas partes implicadas y mucho dinero en juego.
Hay veces en los que la locura tech es exigencia del guión, e intentamos aplicar procesos que ya conozcamos a esa ejecución. Para nosotros el trabajo comercial es importante, porque permite mantenerte a flote económicamente. Pero es igual de importante tener tiempo para crear nuestras propias piezas, porque es donde puedes desarrollar mejor la creatividad y afianzar tu práctica, y es la manera también de poder ser genuino en tu trabajo. Es a partir de aquí donde las marcas se pueden llegar a interesar por tu trabajo y por dónde puedan surgir relaciones de confianza entre cliente y artista. Si hay confianza, se pueden hacer muchísimas cosas interesantes en el ámbito de la publicidad, pero primero hay que ganarse esa confianza y comunicar muy bien lo que haces y cuál es tu proceso creativo.
Más allá del taller para el she makes noise de este año, ¿cuéntanos sobre otros talleres y workshops que desarrolláis desde Hamill y cuando serán los próximos?
Nosotros intentamos estar vinculados siempre con el mundo educativo, intentamos poder dar charlas y hacer workshops. Pero este año, y con el formato online, todo es un poco más complicado, así que se nos han cancelado bastantes cosas como el Sónar Hong Kong, Sempipermanent en Porto y Bime entre otros. A ver si podemos retomarlo pronto.
De momento hay muchas incertidumbres en el aire, pero posiblemente pasaremos ahora por Madrid para el Festival Rayo y ya para el 2021 estamos preparando cositas con Mr Marcel School.
En este año pandémico y atravesadas todas por la COVID, está habiendo mucha menos movilidad, restricciones de aforo, medidas sanitarias concretas por la emergencia sanitaria, etc. Nuestras vidas han cambiado, pero ahora que somos más conscientes que hace unos meses y parece queda tiempo para la vacuna. Primero, ¿cómo ha afectado a Hamill toda esta situación? y ¿cómo crees que desde el sector cultural podemos seguir haciendo cosas con tanta incertidumbre y falta de apoyos?
Para nosotros ha sido una ola que ha arrasado con absolutamente todos nuestros planes para el 2020. Ahora mismo pensar en actuar es algo inverosímil. Todo lo que teníamos cerrado se ha cancelado o atrapado en el limbo de lo “pospuesto” para el 2021. El golpe para el sector cultural ha sido abrumador y para las salas de conciertos, eventos y festivales me consta que está siendo una pesadilla absoluta. Ahora mismo estamos en un páramo del que si no se toman medidas, nos va a costar mucho salir como sector. Me parece super valiente la gente que está intentando hacer propuestas y es importante que intentemos apoyar participando y asistiendo a estos eventos.
Nosotros desde Hamill estamos intentado participar y remar a favor de lo que se nos va proponiendo. Estamos cogiendo aire y nos intentamos concentrar en lo que podemos hacer: desarrollar ideas, estrechar lazos con gente local, participar con las instituciones educativas… Pero también me cuestiono a veces, lo que significa como artistas y activistas sacar cosas adelante dentro de este contexto. De repente, nos hemos visto obligados a repensar toda nuestra práctica desde cero para buscarnos la vida (como siempre nos ha tocado hacer en el sector cultural en este país). Pero, por ejemplo, la esencia de Hamill es lo experiencial y ahora todo está mediatizado. ¿Cómo se supone que te va a hacer vibrar la luz, si no la puedes tocar? Nos ha costado mucho llegar a darle sentido y fluidez a nuestro trabajo, entender cómo comunicarlo, y ahora tenemos que cambiarlo todo.
Es abrumador desde la práctica y un poco triste, ver que los gestores culturales, las salas y los festivales están bastante solos en esto. Si en este país ha habido propuestas culturales es gracias a las propuestas individuales y a los trabajadores, que han hecho y están haciendo malabares para poder seguir ofreciendo espacios de intercambio cultural.
Vuestra base está en Barcelona, ¿allí se están tomando medidas concretas en el audiovisual, los eventos, etc? ¿Qué echas de menos por parte de la Administración?
Sinceramente, no sé cuál es la solución. Es un momento muy complicado y hay muchas cosas que seguro la Administración no puede proveer (por falta de recursos, por competencias, a saber). Lo que está claro es que el mundo de los eventos era un mundo muy precario, sin garantías y muy estacional; y eso ha de cambiar.
Ahora es la Mercè, las fiestas de Barcelona, y el Ayuntamiento por ejemplo está apostando por hacer conciertos al aire libre (con previa entrada y control de aforo). Festivales como el Sónar que se han asociado con el CCCB para ofrecer su programación en formato no presencial desde el museo. O el festival Mira, que ha hecho una programación especial en la sala IDEAL. ¿Pero, qué pasa con las salas? ¿Es suficiente? Pues no. ¿Cómo se puede compensar la falta de venta de entradas y la limitación de aforo, con los sueldos que hay que pagar a los trabajadores?
Algo bueno que ha salido de la COVID es habernos puesto las pilas por fin con los formatos digitales y online, en cuanto a estos formatos Sónar con el CCCB por ejemplo que comentas o desde marzo en La Casa Encendida, pero estoy de acuerdo en que no es suficiente.
Animamos también a nuestras lectoras a seguir el encuentro online dentro del festival, el domingo 25 de octubre, para seguir hablando de estos temas de actualidad.
Antes de terminar, al principio de todo comentaste acerca de referentes femeninos dentro de estas prácticas artísticas, ¿nos compartirías a algunas de ellas y también alguna creadora de ahora a la que sigas especialmente?
Hace unos años descubrí a la compositora británica Daphne Oram, una pionera de la música electrónica que a finales de los 50 inventó una máquina/sistema de composición llamado Oramics. Es una máquina que utiliza la representación sobre celuloide para generar música. Con ello Oram, era capaz de componer y añadir matices a sus composiciones. Básicamente, componía procesando el dibujo sobre celuloide. Fantástica. Muy fan de ella y de todas las compositoras que pasaron por los talleres radiofónicos de la BBC. Actualmente estoy siguiendo el trabajo de Cadie Desbiens-Desmules, también conocida como Push 1 stop. Coincidimos hace un año en el Sónar y tuvimos una charla muy estimulante, en la que descubrimos muchos intereses en común sobre la audio representación. Además, su live show fue precioso y me reconocí mucho en su trabajo (y viceversa).
Muchas gracias Anna, cuídate y hasta muy pronto.
Imagen de portada: Retrato de Hamill Industries por @flaminiapelazzi
Publicado por Natalia Piñuel [Productora cultural desde Playtime Audiovisuales y coordinadora de la plataforma she makes noise]