LIDIA DAMUNT | One-woman-band con mucho que decir en “Telepatía”

El quinto álbum de Lidia Damunt es el segundo que autoedita bajo su sello Tormina Records. La one-woman-band de orígenes murcianos (residente en Suecia desde hace más de un lustro) presenta estos días su último disco. Con una inclinación más pop y, sobre todo, con más piel, Telepatía (2017) no abandona el punch country-folk que permea cada uno de los trabajos de la cantautora. Tras Gramola (lanzado en 2014), una recopilación de versiones de Violeta Parra o Julieta Venegas, entre otras, parece volver a sus orígenes y a los arreglos sencillos que buscan un directo sin artificios.

La ex Hello Cuca estará mañana sábado, guitarra en mano, en Princesas y Darthvaders, el festival de La Casa Encendida que se sirve del humor y la cultura de guerrilla para hablar de feminismos (del 8 al 10 de junio). Mientras tanto, para que la espera no se te haga eterna, te dejamos con ella, su música y sus palabras en esta entrevista.

 

Aparte de ser tu quinto álbum, ¿qué más es Telepatía?

Es un disco bastante comunicativo y emocional. Cuando Hidrogenesse escucharon el disco me dijeron que había hecho un buen “autoretrato”. Supongo que es una buena manera de definirlo.

¿Qué diferencia Telepatía de tus anteriores trabajos? ¿Y a Lidia Damunt de Hello Cuca?

En Telepatía estoy más expuesta. Quizás antes guardaba un poco de distancia entre la canción y mi persona, aquí me lanzo más sin pensar. En Hello Cuca eramos tres personas haciendo algo juntos, en cambio en esto soy solo yo.

El toque country-folk que identifica tu trabajo es algo atípico en España. ¿De dónde vienen tus referencias?

Aprendí a tocar la guitarra escuchando blues. Después me interesé por el blues primitivo, el country. Leadbelly, Memphis Minnie, etc.

Tus dos últimos trabajos han sido autoeditados en tu propio sello, Tormina Records. ¿Es la autoedición la mejor opción a día de hoy, tal y como está el mundo de la música  actualmente? ¿A qué necesidad responde?

Para mí es muy satisfactorio saber que puedo organizarme el sacar un disco cuando quiera y como quiera. Tiene desventajas también, no sé si es la mejor opción, pero a mí en este momento es la que más me apetece y estoy a gusto haciéndolo así.

¿Se puede vivir de la música?

Si te dedicas en exclusiva a ello, e insistes muchos años, sí. Pero hay que tenerlo muy claro.

¿Por qué Suecia? Tengo entendido que vives en el campo rodeada de pocos vecinos: ¿es bueno o malo vivir en el campo para la creación?

Vivo en Suecia porque mi mujer es de aquí y hace años que me mudé. Lo de vivir en el campo ha sido una cosa puntual y estamos en plena mudanza ahora mismo. El aburrimiento es bueno para la creación. Al menos a mí me hacer querer crear entretenimiento. Pero quizás es porque yo soy de La Manga del Mar Menor, nací en medio del aburrimiento extremo. Estoy acostumbrada a inventarme historias. Creo que cualquier otra persona se hubiera pegado un tiro. En cualquier caso, todo es una mezcla. Creo que todas necesitamos gente y cosas pasando alrededor para sentirnos como seres vivos. Después hay que saber retraerse un poco para ordenar esas ideas y hacer algo creativo con ellas. Hay que encontrar el equilibrio.

¿Cómo es el proceso creativo de Lidia Damunt en cada nuevo disco?

Hasta ahora siempre había hecho algo así como “vivir y luego escribir”. Ir acumulando cosas en mi cabeza hasta que en algún momento me aislaba de todo un tiempo concreto y me dedicaba a componer. Pero estos últimos años me he dado cuenta de que no puedo hacer eso más. Tengo dos hijas de 3 y 5 años y no puedo aislarme de todo así como así. Al mismo tiempo, llevo casi dos años viviendo en medio de la nada, suficientemente aislada he estado. Ahora estoy intentando que la composición sea una actividad del día a día, como hacer la comida o llevar a mis hijas a la guardería.

¿Cómo se ve desde allí la escena musical española?

Se ve bastante bien. Es una escena bastante grande y heterogénea, muy viva. Si la comparo con la escena sueca, pues me parece que aquí es todo más standard. Supongo que también porque Suecia es un país más pequeño.  

He leído que has reducido al mínimo los arreglos para que el directo sea mucho más afín a lo editado en el disco… Incluso que tus textos se acercan más al microrrelato… ¿Qué nos puedes decir al respecto?

Yo no hago música con el ordenador, ni me planteo las infinitas posibilidades en cuanto a sonidos, ritmos, etc, que la tecnología me ofrece. En algún momento de mi vida quizás querré hacer eso, y de hecho siempre he tenido esa tentación. Pero en realidad, yo me identifico con la imagen de cantautora. Tengo una relación especial con la guitarra. Es un instrumento limitado pero lo he tenido toda mi vida, y me ayuda a plasmar las ideas y canciones que quiero hacer. Creo que a veces, las posibilidades que la tecnología ofrece más que fomentar la creatividad lo que hacen es dejarla K.O.

Cuando grabo discos, intento no hacer muchos arreglos para que las canciones no se alejen mucho de como es mi puesta en escena como one-woman-band. Ten en cuenta también que yo inicié mi carrera en solitario inspirada por, entre otros, discos de Violeta Parra. Algo poético, sencillo y crudo.

Si hablamos de Mi guitarra es una máquina de matar el tiempo, tengo entendido que surge en un momento duro como la hospitalización de tu padre. ¿Qué querías contar con ello?

No quería contar nada en concreto. A veces la música sirve de terapia, y en este caso, era mi forma de sacar un poco la tristeza y hacer algo con eso.

Bolleras como tú o La Caja son temas comprometidos, y más explícitos de lo habitual en tu trabajo, que hablan de género y de patriarcado (abolición de la prostitución). ¿Crees que todavía quedan contradicciones que superar, aprendizajes que hacer para dejar atrás la exclusión?

Creo que alguien tenía que romper un poco el hielo y sacar estos temas. En el caso de La Caja soy consciente de que es un tema complicado y controvertido. Pero en cuanto a Bolleras como tú, no pensaba que habría ningún tipo de polémica con la canción. Luego supe que en realidad a muchas lesbianas les parece peyorativa la palabra “bollera”.

Si nos ceñimos al mundo de la música, ¿sigue siendo machista y heteronormativo?

Mi forma de verlo es la siguiente: la sociedad sigue siendo machista y heteronormativa, así que el mundo de la música no es ninguna excepción. A ver, quizás es menos machista que el mundo del fútbol, pero más machista que el mundo del roller derby. ¿Puede ser?

 

Imagen de portada: Retrato de Lidia Damunt


Publicado por Inma Flor [Periodista y catalizadora de proyectos]

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