Feminoise Latinoamérica | Mariela Arzadun

 

 

La prioridad de nuestras conversaciones con creadoras sonoras latinoamericanas reside, en pensar una epistemología feminista y decolonial de la música electrónica. Este objetivo es guiado por una pregunta de investigación: ¿Cuál es su filosofía tecnológica? Mariela Arzadun (florconvenas), proponer una revisión crítica del propio concepto de “tecnología”, y su impacto en imaginarios acerca de lo tecnológico y la innovación:

“Pienso que la palabra “Tecnología” no es transparente. Para muchos tiene una carga peyorativa, de negatividad que la coloca lejos y fuera de la vida. De la misma manera que se la sobrevalora y se la mistifica como si fuese algo que nos llevará hacia el perfeccionamiento y el progreso, algo que nos hará mejores y más evolucionados. Con sólo mirar este mundo te das cuenta de que no es así.

Para mí se trata de algo más simple, más simple y quizás perceptivo; es una herramienta, una guitarra, un pincel, un destornillador, un grabador, un controlador midi, una placa de sonido, un software. Todos podrían formar parte de mi setup. Herramientas que implican saberes que no considero fijos o completamente predecibles. Si bien es cierto que los objetos tienen una utilidad, un uso previo que me hace verlos como formas definidas con un efecto determinado, siempre trataré de buscarle alguna “falla” a ese recorrido ya preestablecido. Aprendo mucho de lo que no sé, de lo que puede surgir a partir de lo imprevisto. Eso es lo que más me interesa o me resulta provocador.” (1)

Su trabajo sonoro trasmuta la idea misma de mundo, creando bestiarios donde imagen, palabra y sonido fornican indiscriminadamente produciendo mutaciones extraordinarias, un ejemplo de esto es su compilación Rastreo la sierpe besteo (2012), que compartimos acá:

 

 

La exploración empírica la llevó a la experimentación. La intuición la guío a las referencias que eventualmente construyen el canon historiográfico. Su pensamiento, -como indicamos en nuestro artículo anterior dedicado a Maia Koenig -, no coincide con los relatos históricos acerca del experimentalismo y la innovación en la creación sonora. Leamos cómo narra su propia experiencia de reconocimiento:

“Cuando empecé a hacer grabaciones de campo fue algo completamente intuitivo. Después supe quién era Schaeffer, quién era Russolo. No tenía idea acerca del arte sonoro, la música concreta, lo llamado field recordings. Por eso primero fue la experimentación con el sonido y luego el contacto con la historia de la música electrónica y todo lo demás. No siento ningún tipo de carga canónica en ese sentido. Pero siento cierto rechazo por todo aquello que se considere canónico o hegemónico, veo ahí mecanismos de poder y jerarquización, exclusión y rechazo de lo que no entra en los parámetros legitimados. Me parece importante realizar un análisis crítico de todo eso. Y también desmontarlo musicalmente.

¿Mi formación? Preferiría hablar de mi deformación.

Juntarse con amigos a probar los instrumentos. Usarlos de una manera diferente, hacerlos sonar atonales, intentar con las afinaciones abiertas. Todo eso era un juego pero también era enojo contra las convenciones, era dejar de conocer lo conocido, era el inconsciente, lo alucinado.

Tocábamos en casas, y así fue como el azar hizo que nos cruzáramos con otrxs como nosotrxs y empezáramos a crear los espacios, a vivir lo subterráneo.

Los festivales organizados por nosotros mismos, los ciclos en la Federación Libertaria Argentina, los sótanos de algunas casas, numerosos sitios que aparecieron y desaparecieron con el tiempo, digamos que todo eso fue armando en Buenos Aires un circuito de escucha y composición de una música distinta, que consideramos no académica, no comercial y por eso más propia y libre. Circuitos donde no existe una separación entre público, artistas, organizadores. Azur, O+yn, Klub der klang, Carbono proyecto son parte de todo esto. Músicos y amigos. Un poco la idea es crear espacios que sean la expresión de un mundo mejor, no competitivo sino de intercambio y aprendizaje. Por eso decidimos poner en marcha sellos para editar nuestros trabajos. Así nació Amor Loco discos.

Las primeras manifestaciones de ruido que escuché en mi ciudad fueron los paisajes desoladores de Pablo Reche. Esos conciertos fueron una entrada al noise, al lenguaje musical que considero más irreverente y menos digerible. Y por supuesto, el noise siempre está ahí acechando todo lo que hago. Con el proyecto Criadero en Seres, junto a Leandro Ramírez, hemos atravesado esos abismos, porque es fuerte e intenso el ruido, creo que pone en jaque todo, es lo más subversivo de la música. Pienso que hay que ser muy valiente para prender esas hogueras. Y también para dejarse marcar por ellas.”

 

Criadero en Seres, fotografía cortesía de Mariela Arzadun.

 

El pensamiento y experiencia sonora de Mariela Arzadun, cuestiona la institucionalidad como vía para la legitimación de la experimentación. Ella evidencia una comunidad estética, una especie de jungla donde “se crían seres”, siguiendo sendas no sistemáticas en el sentido dictado por el canon. Los vínculos de esta comunidad con el activismo político resultan relevante para nuestra conversación. Se dice que vivimos en la era de la “pos-verdad”, y que esta es una heredera del fascismo. La comunidad descrita por Mariela Arzadun piensa y hace la experimentación como una vía subversiva ante esta realidad. Su álbum más reciente, Ces (2017), contiene poéticas discursivas en este sentido:

 

 

Consecuentemente, nuestra conversación nos lleva a la recepción de su trabajo, coincidiendo con la crítica al “relato oficial”, muchas veces ajeno a las prácticas que le son contemporáneas:

“Es muy difícil determinar el alcance de lo que uno hace. Pero cada vez que hago música con público me parece una experiencia fascinante. Algo que transforma. Hay una vibración en lo que sucede que hace de la perfomance un momento sumamente intenso, casi de peligro.

Por otra parte, creo que falta desarrollar un espacio crítico de debate sobre las prácticas musicales actuales, experimentales, en América Latina, o lo que existe es muy poco en relación a lo que está sucediendo.”

Nuestra conversación evidencia una vez más, la necesidad de crear espacios para el debate acerca del pensamiento y experimentación realizado por creadoras como Mariela Arzadun. No es un secreto que los espacios académicos y los festivales dan prioridad a figuras patriarcales bajo el pretexto de que su trabajo es más sofisticado. Esperamos que esta entrevista revele la sofisticación del pensamiento de esta creadora, e introduzca preguntas para la escucha de su trabajo, desde una perspectiva discursiva y experiencial en su contexto.

Finalmente, coincidiendo con su declaración, nos preguntamos ¿porqué la palabra Tecnología no es transparente? Seguiremos pensando y escuchando guiadas por estas preguntas.

 

 

Nota:
(1) Todas las citas son tomadas de entrevistas realizadas vía correo electrónico por Susan Campos-Fonseca a Mariela Arzadun. La correspondencia se realizó entre el 31 de enero y el 19 de febrero de 2017.

 

Imagen de portada: Retrato de Mariela Arzadun 


Publicado por Susan Campos Fonseca [Doctora en música por la Universidad Autónoma de Madrid, compositora y escritora del sello Irreverence Group Music – New York, profesora e investigadora de la Universidad de Costa Rica.]

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